Don quijote de la mancha
En un lugar de la
Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de
lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos
los sábados, lentejas
los viernes, algún
palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda. El resto de la concluían sayo de velarte,
calzas de velludo para las fiestas, con sus pantuflos de lo mismo, y los días de entresemana se
honraba con su vellorí
de lo más fino.
Aguda
Grave
Esdrújula
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